

Escrito por: Luisa Rodriguez
Creadora de los programas “Paso a paso, día a día” de tu terapiasexual.com.
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El rol del espectador consiste en adoptar una postura de espectador respecto a uno mismo cuando se están manteniendo relaciones sexuales. En lugar de estar centrada en las propias sensaciones y en las sensaciones de la pareja, la persona está más pendiente de analizar la situación y juzgarse a sí misma.
La actitud de rol del espectador impide que la persona se deje llevar porque en ese momento los pensamientos que tiene son sobre cómo lo está haciendo, si está cumpliendo con las expectativas, qué estará pensando la otra persona o si será capaz de satisfacer a la pareja.
Otro tipo de pensamientos van más en la línea de la observación del desempeño sexual, debatiendo o preguntando cosas como si se perderá la erección, si eyacularé demasiado pronto, si seré capaz de llegar al orgasmo o si mi pene será lo suficientemente grande y duro.
Estos pensamientos son compulsivos e incontrolables y alimentan el diálogo interno negativo. A su vez, este torrente de pensamientos negativos generan una ansiedad que bloquea la respuesta sexual.
El “Spectatoring” viene dado por la presión que existe ante el desempeño sexual. Esa “obligación” que se traduce en frases como “ser bueno en la cama” o “estar a la altura” hace que el sexo, más que un momento de disfrutar, se convierta en un examen de rendimiento.
Cuando uno se está “auto-observando”, se centra en sí mismo desde una perspectiva en tercera persona en vez de centrarse en sus sensaciones o las de su pareja durante la actividad sexual. Esto es algo tan negativo, que se convierte para muchas personas en uno de los principales factores implicados en la aparición de la mayoría de disfunciones sexuales como: eyaculación precoz, disfunción eréctil, eyaculación retardada, anorgasmia, vaginismo, etc.
Las causas de porqué se produce este fenómeno pueden ser diversas, una de ellas es por la influencia de la pornografía. El porno nos muestra personas cuyo desempeño sexual es perfecto a la vez que irreal. Si intentamos parecernos al actor/actriz porno estaremos intentando (sin éxito en la mayoría de los casos) representar un papel en vez de estar centrados en disfrutar.
El tener una autoimagen corporal negativa también puede provocar que uno esté más pendiente de cómo se verá su cuerpo o los genitales, que de estar centrado en el placer.
La manera de evitar esta autoobservación empieza con una reeducación sexual para sacar de la cabeza los pensamientos preconcebidos erróneos de cómo ha de ser el encuentro sexual y del papel que “hay que” desempeñar. Con esto, conseguimos quitar esos miedos y disminuir la ansiedad previa al acto sexual.
En todos nuestros programas de terapia sexual online tenemos muy presente este fenómeno del rol del espectador a lo largo de todo el tratamiento.
Además de una reeducación sexual para reestructurar los aspectos cognitivos, se trabaja a través de ejercicios de focalización sensorial para focalizar la atención en lo que se está haciendo y en el disfrute sexual.
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