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Sex and the virus. Historias de sexo durante la pandemia

Sex and the virus. Historias de sexo durante la pandemia

  • 22 de July de 2021
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Son las 5 de la mañana. Acabo de pedir otra copa y vuelvo a la pista donde me queda una hora antes de que Alex me diga su frase de las 6 “vámonos que aquí está tol pescao vendío” frase muy andaluza que puedes escuchar en cualquier rincón de cualquier local. A ver si hoy tengo suerte y me voy a casa acompañado/a o al menos con un “morreillo” y un teléfono. Me he cruzado con varias personas esta noche que me pueden interesar, alguien se me ha pegado bailando, olía muy bien, me ha susurrado varias cosas al oído y parecía divertido. No le he perdido la pista, sé que está al lado de la barra, si no me sale nada mejor antes de irme paso por delante como que voy al baño, le sonrío y dejo que me entre. También me han hablado en la cola del baño, alguien me gustó físicamente, aunque creo que no es mucho mi tipo casi nos hemos besado y me pone bastante…

Esto podría ser cualquier noche de “ligoteo” de cualquier soltero/a de toda la vida, pero ¿Qué ha pasado desde que empezó este virus?

Desde hace algunas décadas hemos disfrutado del amor libre y una gran parte de la población lleva un estilo de vida en el cual no hay sitio para el compromiso, el enamoramiento y las relaciones de pareja.
A veces este estilo de vida es algo que va con la persona, otras es sólo algo temporal entre una relación y otra y otras forma parte de una doble vida que llevan algunas personas casadas.

Sea como sea de pronto de un día para otro apareció este virus y primero nos confinaron durante 3 meses y luego se nos permitió salir pero no a los sitios o a las horas donde lo teníamos más fácil para ligar.

De repente cada uno de los solteros nos vimos encerrados en casa por obligación por primera vez en nuestra vida. La vida frenética de trabajo, gimnasio, citas y ocio con amigos se convirtió en estar en el sofá viendo películas, comer galletas, charlar por teléfono y asumir que como no se podía tener sexo al menos podías masturbarte. La mayoría de los solteros afirman que aumentaron la frecuencia de masturbación casi a los niveles de la adolescencia movidos por el aburrimiento, la ansiedad y la idea de que no se sabía cuando se iba a volver a salir de noche.

Pero fueron pasando los días y aunque había miedo al contagio nos podían las ganas de conocer a alguien, divertirnos y tener una cita. En ese momento el uso de páginas de contactos como Tinder, Grindr, Meetic, Pof, etc. aumentó en más de un 30%. No nos quedaba otra que pasar el tiempo ahí e ir gestionando citas para cuando se pudiera salir y sino por lo menos nos entretenía.

En medio del confinamiento se utilizaron todo tipo de estrategias para quedar. Se quedaba por ejemplo en el aparcamiento del Mercadona, se compraba algo para disimular y se hablaba desde un coche al otro para pasar el filtro de si alguien te gustaba.
Otros utilizaban los salvoconductos para ir a trabajar para en realidad ir a casa de alguien a quien habían conocido a través de alguna de estas páginas de contactos. Muchos sumaban al método de barrera tradicional (el condón) otro método de barrera que es la mascarilla, hasta en eso este virus nos ha cambiado, hay muchos testimonios de personas que afirman haber practicado sexo durante el confinamiento con personas que han conocido en las redes utilizando mascarilla y sin besarse en la boca.
Otros solteros en cambio asumieron que no se podía tener sexo sin arriesgarse a un contagio y aprovecharon para centrarse más en hablar por telefono, mensajes o videollamadas con familiares y amigos, leer, ver películas o jugar con sus mascotas. Muchos afirman que gracias al confinamiento han estrechado lazos familiares pues han hablado más con las familias que nunca, pero se seguía echando de menos el contacto físico.

Un año y medio después de todo esto ya hemos asumido que las interacciones sociales han cambiado.
Hace unos años todo el contacto social era cara a cara, con el contacto visual como tarjeta de visita. El olor, el tacto, la voz era lo que nos atraía del otro, cuando alguien te hablaba al oído y el calorcito de su aliento te ponía los vellos de punta.
Cuando empezamos a interactuar a través de redes sociales todo eso se convirtió en fotos a veces con demasiado retoque, me gustas, número de seguidores y conversaciones a través de una pantalla.

Nos íbamos acostumbrando a ello, aunque algunos seguíamos prefiriendo una conversación por teléfono o charlar con un café en una terraza viendo el atardecer.

Pero de repente a raíz de esta pandemia lo que era una opción se ha convertido en prácticamente una necesidad. El cambio que se debía haber producido en varios años ha sucedido en un año de restricciones. Ha aumentado el número de cosas que hacemos o compramos por internet, las videollamadas, la cita de tu médico que ahora es telefónica. Las terapias psicológicas ahora son online en casi todos los casos, como la terapia de pareja online y la terapia sexual online que han aumentado en más de un 40% tras la pandemia.

La pandemia ha cambiado la forma de relacionarnos, la distancia social nos ha obligado a prescindir de besos y abrazos a nuestros seres queridos. Pero de todo hay que intentar sacar un aprendizaje así que esto debe servirnos para valorar los gestos de cariño, una mirada, el susurrar una palabra, el esfuerzo de visitar a personas que nos importan, las caricias, los besos y el amor.



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